martes, 17 de agosto de 2010

Del trabajo

De todos mis trabajos -porque miren que últimamente he resultado multifacética y le he talacheado diverso- los que más me gustan son el de maestra y el de contentarme cuando me enojo.
Del último ni hablar, es sencillo: me enojo y a lo mucho a las tres horas me contento y me siento muy feliz. En definitiva, me gusta.
Del primero... ¿qué hablar?... Sólo es ser yo, es increíblemente maravilloso. Es tan maravilloso que me da miedo que el escribirlo se pierda la magia, como que se me antoja guardarlo para mí.
¡Pero quiero presumir!
Mis alumnos son de comunicación, soy su maestra suplente y ellos no lo saben pero son mi primer grupo. Son platicones e inquietos; me hablan de usted y de "maestra, profesora o miss" y eso de miss como que me da incomodidad, mejor que me digan "seño" para no errarle; tienen entre 20 y 28 años y hablan muy mal y escriben peor, por lo que ya se han llevado sus merecidos regaños.
Todos, alumnos y maestra suplente, estamos muy felices porque el siguiente cuatrimestre seré su "miss para siempre", como ellos dicen, aunque la realidad es que sólo seré su miss, si todo marcha bien, por ocho meses porque ¡mis muchachos se graduan! pero a pesar de su partida, ellos sí serán mis primeros alumnos para siempre.
¡Aaauch!

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