lunes, 30 de agosto de 2010

20 semanas

¡El milagro de la vida baila en mi pancita!

sábado, 28 de agosto de 2010

See you soon

Trataba de hacer mapas conceptuales mientras escucho música, pero no, no puedo escribir, ni leer ni nada que no sea oir mientras escucho a Coldplay.
Ni aunque lo intente, es como un sedante, como un distractor o neutralizador de ideas. Es ir lejos y quedarme en mí. Puedo pensar con el sentimiento... ¿o sentir con el pensamiento? ¡La que sea de ambas! Fundirlas, pues. ¿Hay alguna palabra para eso? Lo más cercano que encuentro es "meditar" aunque no estoy segura de que me guste esa palabra por pretenciosa y lo que menos me parecen -a mí, no les estoy preguntando lo que ustedes piensan- los primeros discos de Coldplay es pretenciosos.
La pretención está muy distante de la tranquilidad y confort que me da su música...
... y muy distante estoy yo de tener mis deberes listos para mañana si sigo con este "sentir-pensar coldplayense"

viernes, 27 de agosto de 2010

Cuando ni las letras me alcanzan para ahogar mi tristeza

sábado, 21 de agosto de 2010

Del periodista y su importancia

‎"El periodista se siente muy importante, y nadie a quien paguen tan mal puede serlo"
Miguel Ángel Bastenier

viernes, 20 de agosto de 2010

"El secreto de sus ojos"

En una novela no hace falta escribir la verdad.

El secreto de sus ojos, el secreto que no es secreto, que son gritos apagados.
A través de los silencios, con miradas. Porque así hay historias, historias calladas que carecen de rutina y que sobran de recuerdos, que no se sabe si son recuerdos, o recuerdos de un recuerdo.
¿Mil pasados sin ningún recuerdo o mil recuerdos sin ningún pasado? Para llenarse de nada ¿y cómo vivir? ¿cómo vivir sin ella y sin sus ojos? ¿cómo vivir con ella, sin sus besos? Así, pegaditos, uno junto al otro.
Mejor lejos, cuando no se tiene el valor para poseerla, mejor lejos. Porque así hay mujeres, hembras con tanto temple que acoquinan y es mejor huir de ellas, rebozando de amor, tanto amor a esos ojos tan profundos como profundo el miedo a verlos. Entonces, con tanto, el macho se agacha y trota: mejor lejos.
No es secreto que la ama, porque sin decir palabra sus ojos hablan, es un amor a gritos, a gritos apagados.

-Va a ser complicado
-No me importa

Se cierra la puerta y con el final, por fin, comienza la historia.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Tres

Somos poquitos.
Somos chiquitos.
Estamos un poco temerosos porque estamos nuevecitos, pero lo bueno es que esta es una aventura de tres y nadie de nosotros está solito.
Somos una familia, ¡ohana!.

martes, 17 de agosto de 2010

Del trabajo

De todos mis trabajos -porque miren que últimamente he resultado multifacética y le he talacheado diverso- los que más me gustan son el de maestra y el de contentarme cuando me enojo.
Del último ni hablar, es sencillo: me enojo y a lo mucho a las tres horas me contento y me siento muy feliz. En definitiva, me gusta.
Del primero... ¿qué hablar?... Sólo es ser yo, es increíblemente maravilloso. Es tan maravilloso que me da miedo que el escribirlo se pierda la magia, como que se me antoja guardarlo para mí.
¡Pero quiero presumir!
Mis alumnos son de comunicación, soy su maestra suplente y ellos no lo saben pero son mi primer grupo. Son platicones e inquietos; me hablan de usted y de "maestra, profesora o miss" y eso de miss como que me da incomodidad, mejor que me digan "seño" para no errarle; tienen entre 20 y 28 años y hablan muy mal y escriben peor, por lo que ya se han llevado sus merecidos regaños.
Todos, alumnos y maestra suplente, estamos muy felices porque el siguiente cuatrimestre seré su "miss para siempre", como ellos dicen, aunque la realidad es que sólo seré su miss, si todo marcha bien, por ocho meses porque ¡mis muchachos se graduan! pero a pesar de su partida, ellos sí serán mis primeros alumnos para siempre.
¡Aaauch!

domingo, 15 de agosto de 2010

Un espacio de luz que sólo llenas tú... ustedes

Ay ay ay ay amor, eres la rosa que me da calor, eres el sueño de mi soledad, un letargo de azul, un eclipse de mar, pero...

No sé cuándo se me olvidó que Juan Luis Guerra me gusta tanto. Me reencontré con él hace unos días, en una noche de esas de nostalgia bonita, de la nostalgia que te hace lagrimear mientras sonríes, que sonríes y añoras. Que esperas.
Sus canciones me recuerdan mucho cuando era una pequeñita cachetona, que miraba con ojos grandes siempre hacia arriba, que creía que los grandes eran grandes.
Quiero que cuando mis pequeños miren hacia arriba crean que soy grande, y que cuando crezcan lo sigan creyendo, por ellos quiero ser.

... Ay ay ay ay, amor yo soy satélite y tú eres mi sol, un universo de agua mineral, un espacio de luz que sólo llenas tú, ay amor.

sábado, 14 de agosto de 2010

Hesperidios

Me voy a vestir de mandarina por fuera y de naranja por dentro, que al cabo las dos son del mismo color y tienen gajos. ¡ah! y son cítricos!... creo. ¡Una naranjina, una mandaranja! así confundiré a quién me coma, "ah caray ¿que no pelé una mandarina? como que me sabe a naranja".
No, si seré tonta, no son del mismo color, la naranja es más amarillita y la mandarina más anaranjada. Qué triste debe ser no ser una naranja anaranjada y más triste ser una naranja verde, como limón.
¡Sí! Puedo ser una naranja verde por fuera, limón por dentro, eso sería aún más sorprendente y que al cabo, los dos son cítricos... creo. ¿Limanja, Narón? Fonéticamente es poco apetitoso, es más, ni siquiera es apetitoso. Ya no se me antojó ser una limanja ni un narón porque a nadie me le voy a antojar aunque los dos sean cítricos... creo.
Cítrico, jugoso, verde como el limón: lima. Lima por fuera, limón por dentro podría ser pero la lima tiene un chipotito en su cabeza que no me gusta. Limón por fuera, lima por dentro podría ser pero la lima tiene un sabor, a mi gusto, menos sabroso que el limón.
¿Pomelo por fuera lima por dentro? Bastante tiene el pomelo con sus problemas de identidad: entre llamarse pomelo o toronja y entre no saber si es amargo o agrío o dulzón. No me apetece vestir de pomelo, ni por dentro ni por fuera porque además no entiendo su color como rosado naranjoso.
Mandarina-naranja-limón-lima-pomelo.
¿De que hablo? ¿de ser un hesperidio con doble identidad para sorprender a quien me coma y así morir pelada, cortada, desgajada y masticada? ¿o exprimida y hecha jugo?
Mejor me visto de pijamas por fuera y... ¿por dentro?...

viernes, 13 de agosto de 2010

Autocensura

Me autocensuré para evitar problemas pero los problemas ya estaban causados. La censura llegó tarde o me leyeron rápido, y yo, que creo que escribo para nadie, tuve muchos clientes en esa noche de desfachatez.
Quienes no llegaron a mi blog en esas 12 horas de descaro se perdieron de ese humor tan negro y tan mio, y muchos de quienes me leyeron se hundieron en su negrura olvidando el humor (por lo menos Mónica se rió aunque no es consuelo porque si hubiera algo más oscuro que el negro de ese color serían sus bromas).
Así es este oficio de escribir, a veces hay que contenerse un poco porque hay quienes no entienden o entienden lo que quieren, hay quienes encuentran en mis letras realidades inexitentes, que al final para eso se escriben historias, para jugar con la realidad.
Hay quienes me buscan entre estos trazos y a ellos les recuerdo: sólo soy un personaje en su tinta, un personaje a quien, según fuentes cercanas, le gusta causar polémica.


autocensura.
1. f. Juicio crítico de sí mismo.
2. f. Limitación o censura que se impone uno mismo.

censura.
(Del lat. censūra).

1. f. Dictamen y juicio que se hace o da acerca de una obra o escrito.
2. f. Nota, corrección o reprobación de algo.
3. f. Murmuración, detracción.
4. f. Intervención que ejerce el censor gubernativo.
5. f. Pena eclesiástica del fuero externo, impuesta por algún delito con arreglo a los cánones.
6. f. Entre los antiguos romanos, oficio y dignidad de censor.
7. f. Psicol. Vigilancia que ejercen el yo y el superyó sobre el ello, para impedir el acceso a la conciencia de impulsos nocivos para el equilibrio psíquico.
8. f. ant. Padrón, asiento, registro o matrícula.

jueves, 12 de agosto de 2010

El amor como en Hollywood

Comienza el soundtrack, nos enamoramos, de preferencia, a primera vista.
Pasamos momentos muy felices, requetefelices, así en los que nos miramos a los ojos sin necesidad de hablar, así en los que paseamos por el parque tomados de la mano, nos besamos bajo la lluvia, reímos, te cuento cosas muy mias y las haces tuyas, te escucho y me enamoro más.
Llega la canción triste y llegan las nubes negras, la tormenta, el nudo, el drama. Las lágrimas, las desveladas, las peleas, los enredos, las lágrimas, las lágrimas y más lágrimas.
Después, el final feliz, con la canción feliz y todo feliz. El final en el que sale el sol, en el que me doy cuenta que soy tuya y que eres mio, en el que nos besamos para ser felices por siempre.
Así pasa, en dos horas y media o tres: así pasa en las películas.

Así no pasa en la vida porque, aunque te pese mi vida, el amor no es como en Hollywood.

to be continued...

martes, 3 de agosto de 2010

Que no, que no quiero que pase la vida sin tus besos.

Tengo ganas de besarte hasta que llegue el otoño y en otoño seguirte besando hasta que llegue el invierno y así que pasen los años, se acaben las estaciones y se me acabe la vida.
También tengo ganas de hibernar en verano, de dormir como un oso, de cerrar mis ojos y que cuando despierte tu estés ahí para darme un beso, dos, tres, catorce.
Que quiero hibernar a tu lado en invierno, despertar en primavera, vacacionar en verano, caer en tus brazos, esperar el otoño, besarte, besarte, besarte, besarte y volver a hibernar.
Lo sé, estar a tu lado no es opción, así que hibernaré para soñar que te beso y así que pasen las horas, que pase el tiempo sin que se pasen las ganas; lo sé, sé que no estarás ahí cuando despierte para darme un beso ni dos ni tres ni catorce.
Que no quiero que llegue el otoño, ni el invierno sin ti, que sólo quiero caer en tus brazos y besarte.
Que no, que no quiero que pasen las estaciones, que no quiero que pase la vida sin ti, sin tus besos.

lunes, 2 de agosto de 2010

Falso gentilismo

Ahora entiendo, eso de dejarnos pasar tan caballerosamente.
Me parecía un gesto bastante amable de los hombres pero hace justo un par de meses (o sea dos) cambié de parecer porque descubrí que no es mero gentilismo. ¿Cómo lo descubrí? Pues conocí a un chico al que me gusta observar: ahora soy yo quien cede el paso.
Es un poco complicado lograr mi objetivo porque él siempre aminora su andar y me vuelve la mirada, espera mi paso (¿me querrá ver las pompis también?), y yo me detengo justo detrás y lo miro con seriedad pidiéndole que avance primero, ¿por qué?, pregunta.
- No lo sé - miento - no me gusta ir adelante.
Hay una serie de lo que serían respuestas sensatas: porque disfruto verte, porque te ves tan sexy al caminar, porque me gusta poner mi mano sobre tu espalda, porque quiero recorrerte con la mirada sin que lo notes...
- No lo sé, no me gusta ir adelante.
Y con esa falsa respuesta he logrado la mayoría de las ocasiones, aunque no sin reparos, mi objetivo de "amablemente" dejarlo pasar.