Había una vez un trébol de cuatro hojas que quería ser como todos los demás, de tres hojas, porque se sentía deforme, fuera de lugar y además creía que así nunca encontraría el amor, así que un buen día ser armó de valor y ¡saz! que se arranca una hojita. A los dos minutos de la mutilación comenzó a llorar porque frente a él estaba la más hermosa trébol que jamás hubiera visto... y ella era inalcanzable: era de cuatro hojas.
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario