sábado, 18 de septiembre de 2010

...¿Y a que te dedicas?, me preguntan.
A ser homonal, respondo.

¿A qué más podría dedicarme?
A imaginarlas, a sentirlas, a dormir para soñarlas, para esperarlas.

¿Qué no es para eso el embarazo?
Para darse el lujo de reír a carcajadas, de hacer berriches por nada y pucheros a todos; de llorar, de gritar y de volver a reír hasta llorar de risa, de miedo, de ganas. De amor.

¿Hay algo más que hacer?
Sí... comer elotes, untarse pomadas en el vientre, disfrutar de los achaques y cerrar los ojos para abrir el corazón.

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