viernes, 9 de julio de 2010

¿Sigue pensando en nombres?

(...continuación de ¿Cómo ponerle a un hijo no deseado?)

Si sigue planeando ponerle un nombre feo a su hijo en señal venganza pues ahí le van unas cuantas ideas más:
Niceto, Niniano, Optato, Paciano, Pancracio, Píndaro, Próculo, Queremón, Restituto, Sabacio, Sempronio, Servodeo, Sosio, Tancredo, Ulderico, Valariaco, Vespaciano, Wulstano, Xicoténcatl, Zoilo, Zòtico.
Aunque déjeme decirle que, no es que me quiera yo meter en su vida privada, pero quien debería planear venganza es el pobre hijo al que usted trajo o traerá, de seguro por andar de caliente, a este planeta que apesta a basura generada por humanos quienes se empeñan en acabarse los recursos naturales, a este país que lucha contra el narcotráfico mientras vive de él y a una ciudad en la que, si no hay violencia, de segurito hay desastres ambientales además de desempleo y escuelas de bajo nivel académico (digo, hablando a corto plazo, pensemos en la educación que este nuevo ser recibirá).
¿Acaso él le pidió venir? ¿Acaso fue él el tonto quien no uso bien sus anticonceptivos o quien ni siquiera se acordó de usarlos por pensar con la otra cabeza? ¡No Señor! Mire, vamos haciendo algo, si lo que quiere es venganza le recomiendo que lea de nuevo detenidamente la lista de nombres y que se quede con ese que le parece más feo para que se lo ponga a usted mismo. Sí, eso del cambio de nombre es un trámite legal complicado, pero piense que forma parte de la condena que merece pagar por traer a un pobre ser indefenso a este mundo que, como diría Mafalda, si tuviera hígado de seguro tendría hepatitis.

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