miércoles, 13 de enero de 2010

Fe

Cuando se está muriendo se comienza a perder la fe y se olvida de todo lo que la fe pudo mover en vida y quizá eso sea lo que termine de matar: perder la esperanza.

3 comentarios:

  1. He tenido la oportunidad de convivir en diversas ocasiones con personas que tienen pocas o nulas esperanzas de vivir más tiempo que el que se cuenta en meses con las dos manos, y aunque la fe es recurrente, el resumen es que a la hora de los chingazos nadie se puede hacer pendejo solo...la verdadera fe es la de nuestras acciones...

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  2. es cierto que la fe es tan fuerte como paramover montañas, pero tambien es tan debil que cualquier cosa hace que dudemos de ella...

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