miércoles, 5 de mayo de 2010

Entre palabras

Cierro los ojos, inhalo, vuelvo a inhalar, abro ojos y miro al al cielo o a donde debería el cielo de estar, exhalo mientras veo el techo y comienzo a escribir.

Para escribir abro mi diccionario virtual, siempre que escribo consulto las palabras que utilizo, por más obvias que sean prefiero no obviar, además de que leer la descripción me inspira y me refresca, es como una mentita para las ideas... mientras relato mi afición por el diccionario olvido que iba a buscar, olvido ¿Sobre que quiero escribir? No, no recuerdo... además, he encontrado nuevos significados de los vocablos cuando los consulto y he descubierto que hay palabras que no significan lo que la mayoría creemos.

Puedo durar media hora leyendo y releyendo lo que una palabra quiere decir e imagino como llegó a ser lo que es y a representar lo que representa sin pretenderlo o con dolo, a punta de lanza; hay veces que las palabras son tan profundas que no se pueden significar porque invariablemente queda un hueco que sólo se rellena con el sentimiento, porque por más maravillosas que sean las letras hay cosas que si no se sienten no tiene caso que se lean o se definan.

Haz una prueba, busca una palabra (www.rae.es), cualquiera y si te gusta lo que lees estaciónate en ella, si no te gusta parte de ahí a otras y cuando encuentres la indicada, una que te haga reflexionar, imagínala como si fuera una persona ¿cómo sería?, ¿quién sería?; o un animal, o una fruta, o un color. ¿a qué sabe? ¿a qué huele? ¿está triste o está feliz? ¿disfruta ser quien es? ¿es un verbo o un adjetivo? ¿o no sabe que es?.

No, definitivamente no recuerdo. De seguro no era importante, de seguro mañana lo recordaré y veré que no amerita escribir de ello. O a lo mejor mañana encontrarán un relato sobre cómo imagino yo a una palabra sosa que huele a barniz de uñas color rojo con sabor amargo, la palabra que olvidé. O a lo mejor será mejor dormir.

Cierro los ojos...

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